Desde sus orígenes, el ser humano ha estado envuelto en el conocimiento de su cuerpo; aspectos sensoriales que le permiten dar respuestas al entorno desde el análisis de su comportamiento. Es para muchos un misterio indescifrable saber cómo funciona la unidad mente-cerebro-pensamiento y cómo estos envían patrones motores para ejecutar acciones de supervivencia.
Hoy en día existen cierta cantidad de ciencias que estudian este tipo de dinámicas desde el contexto cultural, elemento que da estructura a nuestros hábitos y costumbres; los cuales, a su vez, determinan nuestra forma de pensar y actuar.
Todas las facultades mentales debieran ser usadas y desarrolladas, a fin de que hombres y mujeres tengan una mente bien equilibrada. El mundo está lleno de personas unilateralmente desarrolladas, por eso el elemento cultural es el que les permite ubicarse en un contexto que las oriente hacia un crecimiento global y un aprendizaje diferencial en la sociedad humana, desde factores intrínsecos y extrínsecos al sujeto.

White. E (1872) en su libro Mente, carácter y personalidad. Tomo I, ya mencionaba que debido a que una parte de las facultades humanas fue cultivada, en tanto que otras se atrofiaron por la inacción, la educación de la mayoría de los jóvenes es un fracaso. Esto se debe a que estudian con exceso, al paso descuidan lo que atañe a la vida práctica. Hombres y mujeres llegan a ser padres sin considerar sus responsabilidades y su prole desciende más abajo que ellos en la escala de la deficiencia humana. De ese modo, la humanidad se degenera rápidamente. La aplicación constante al estudio, según la manera en que actualmente se dirigen las escuelas, está inhabilitando a la juventud para la vida práctica. La mente humana debe tener actividad; si no está activa en la dirección adecuada, lo estará en la indebida. Para conservarla en equilibrio, el trabajo y el estudio deberían estar unidos en las escuelas. —Manuscrito 31, 32, 1872. Adicional a esto la alimentación y el ejercicio son un factor importante para nuestra salud cerebral.

En ese contexto, la neuropsicología se ha convertido en la herramienta principal del conocimiento de los fenómenos que ocurren en nuestra mente y pensamiento; permitiendo, así, la orientación precisa y guiada a tratamientos neurológicos, de la psiquis, del comportamiento y del proceso enseñanza-aprendizaje en niños, jóvenes y adultos. Desde su base, las neurociencias -desarrolladas gracias al aporte del médico histólogo español Santiago Ramón y Cajal (1852-1934), quién propuso la “doctrina de la neurona”- constituyen los principios de rehabilitación cerebral. Entre estos están el úsalo o piérdelo, con relación a la neuroplasticidad, característica inicial del aprendizaje: ¡esto lo utilizamos todos los días! para poder comprender el mundo que nos rodea.

Por dicho motivo, hoy en día se evidencia un creciente interés de pedagogos, administradores y economistas, entre otros, por las contribuciones potenciales de la neuropsicología en sus respectivos campos. Esto ha permitido replantear el papel del neuropsicólogo, como profesiona,l y el de la neuropsicología, como disciplina transversal que no solo se enfoca el área clínica, sino que también estudia el potencial relacional. Esto último es posible bajoestudios de mercadeo que fortalezcan el impacto de sus negocios en una población seleccionada y establecida, con una serie de necesidades que usted por medio de su empresa pueden solucionar. Por ello, es de vital importancia saber cómo funciona la mente humana desde su diversidad funcional, pues bien dicho está que las facultades cultivadas y estudiadas aumentarán la demanda de nuestros servicios.
Se necesita de empatía y una correcta salud del lóbulo frontal y las funciones ejecutivas para poder lograr nuestras metas a nivel laboral, social, espiritual y académico, entre otros. Ojeda & Icardo (2004) mencionan que “Las áreas prefrontales son importantes en relación a la personalidad y la organización de la conducta hacia una meta establecida. Esto incluye, por tanto, la planificación y organización de acciones futuras y la valoración de las consecuencias de dichas acciones. Además, estas áreas participan en tareas que precisan de demora entre el estímulo y la respuesta, y en tareas cuya realización depende de las experiencias recientes.” El cerebro controla el cuerpo y todo lo que nos rodea, generando las dinámicas del día a día.
En nuestra comunidad Latinoamericana, la neurociencia se ha establecido como uno de los mayores campos de acción e investigación científica; se han logrado notables avances a nivel profesional en el campo de la neuropsicología, y cada vez son más los profesionales de diferentes disciplinas que se interesan y se dedican a trabajar en esta área del conocimiento.
El impacto social y crecimiento científico-investigativo del área en Latinoamérica ha fortalecido la creación de agremiaciones que dan evaluación, diagnóstico, intervención, asesoría y consejería adecuada y competitivamente alta a nivel mundial, para tratar los diferentes enfoques de la neuropsicología a nivel interdisciplinario.
Para Cárdenas, Fontenele Araujo, et al (2013),
Hay un creciente auge de organizaciones internacionales que buscan fomentar el desarrollo de la investigación en diversas áreas de la neurociencia en nuestra región. En el pasado existieron la South American Brain Research Organization (SABRO) como rama de la International Brain Research Organization (IBRO) o la Sociedad Latinoamericana de Psicobiología (SLAP), de la cual surgió la Sociedad Brasileña de Psicobiología (SBPb) que a su vez dio origen a la SBNeC actual. Hoy existen asociaciones tales como el Latín América Regional Commitee (LARC), miembro representante de la IBRO y la recién creada Federación de Asociaciones Latinoamericanas y del Caribe de Neurociencias (Falan). Esta última, creada en la ciudad de Buzios en Brasil en septiembre de 2008 —durante la realización del Neu-roLatAm— surgió con la finalidad de promover el progreso de la investigación básica y aplicada. Es entonces esperable que todo este movimiento permita un auge de la investigación regional en neurociencia en los años venideros (p.2).
Así mismo, señalan que
Por otro lado, la investigación científica, en términos generales, está empezando a ser más valorada en las últimas décadas tanto por la sociedad en general como por los gobiernos. El científico ha pasado de ser aquel loco de bata blanca y cabello desordenado a ser un partícipe activo del desarrollo económico y social de un país. Más específicamente, la investigación científica en neurociencia proveniente de América Latina está comenzando a tener mayor integración e inserción dentro de la investigación mundial. Muchos factores han contribuido a ello, algunos derivados de los efectos de la globalización sobre las políticas de transferencia de tecnología, el aumento de la destinación de recursos económicos para investigación, el acceso a recursos naturales que facilitan la investigación, la formación de profesionales altamente capacitados y la creación de redes y grupos de colaboración (p.2).
Esto nos lleva a pensar que en el futuro, a nivel global, se necesitará una mayor influencia del conocimiento de las neurociencias en todos los escenarios de desempeño de la humanidad, no solo para lograr la supervivencia, sino también para apropiarla a nuestra existencia.

Escrito por: Diana Sofia Ortiz G.

Referencias