El desarrollo de la criminalística y las ciencias forenses data de fines del siglo XVII amparados en el aforismo “todo contacto deja un rastro”, que ha sido catalogada como la regla de oro de la investigación técnico científica, que en gran medida depende del investigador y de la Policía desde el hallazgo de los rastros, su análisis, su interpretación para determinar en qué forma se cometió un delito y quién lo cometió.

La criminalística en un proceso judicial, se presenta como pilar fundamental para lograr una recta aplicación de la justicia, motivo por el cual, los métodos y técnicas empleados en la investigación y análisis de los elementos físicos, permiten establecer la existencia de un hecho, reconstruirlo, o bien, determinar la intervención de uno o varios sujetos en el mismo.

En el origen de las actividades de investigación de los delitos, se utilizaron herramientas e instrumentos simples, pero con el tiempo y el avance tecnológico, el campo de la investigación criminal se ha vuelto cada vez más sofisticado y científico. A finales del siglo XVII, con la invención del microscopio, se incrementó la participación de las personas de ciencia en el campo de la investigación criminal. El desarrollo del microscopio fue fundamental para el crecimiento de la Criminalística, especialmente en el análisis de los rastros que se dejan en la escena del delito.

En el siglo XIX, la obra “Libro Investigación Criminal” y el “Manual del Juez” escritos por el criminólogo y abogado austriaco Hans Gross en 1891 y 1892 respectivamente, revolucionaron la investigación científica. Estos documentos tuvieron un impacto importante en los países de habla alemana, y luego fueron traducidos a varios idiomas. La obra el “Manual del Juez”, reunió los métodos de investigación policial, y las puso en un contexto para que la policía pudiera entenderlas, sirviendo de base sólida para que muchas personas se involucraran en este campo de investigación técnico científica.

En la actualidad, el Dr. Rafael Moreno Gonzales, sostiene que las modernas técnicas criminalísticas y forenses están basadas en logros científicos que son en su totalidad valiosos auxiliares del “método criminalístico”. A través de la observación y experimentación, se logra una verificación de los hechos, constituyéndose en un verdadero aporte en el proceso de investigación judicial. Además, La FBI ha aportado gran cantidad de tecnología y técnicas en la investigación criminal.

Otro criminólogo y criminalista famoso es Edmond Locard, quien es conocido como el “Sherlock Holmes francés”. Fue uno de los primeros en aplicar la ciencia y la tecnología en la investigación criminal y estableció el principio de intercambio, que afirma que cada persona deja su huella en el lugar del delito y toma algo del lugar del delito consigo. Locard fundó el primer laboratorio de criminalística en Francia en 1910 y desarrolló varias técnicas de investigación criminal, como la huella dactilar y la identificación de escritura.

Otro importante criminólogo es David Canter, quien es conocido por su trabajo en el campo de la psicología forense y la geografía criminal. Su teoría del “delincuente en situación” se enfoca en cómo las decisiones de los delincuentes están influenciadas por su entorno y su situación. Canter también ha desarrollado técnicas para analizar los patrones de delincuencia mediante el uso de mapas y análisis espacial. Aplica estas técnicas para ayudar a las autoridades a entender los patrones de delincuencia y a desarrollar estrategias para prevenirlos.